sábado, 27 de febrero de 2016

Charla sobre el proyecto de explotación de tierras raras

Este viernes se celebró una Charla informativa sobre el proyecto minero “Tierras Raras” impartida por la plataforma Si a la Tierra Viva. Charla con un contenido convincente, muy esclarecedor y preocupante a la vez.
Se trata de un proyecto minero dividido en 8 mini proyectos, para que así no sea tratado como un gran conjunto y pueda superar más fácilmente de forma favorable los informes de impacto medio-ambiental.
El tema apenas se ha dado a conocer, por supuesto no se ha tenido en cuenta la opinión ciudadana a pesar de sus consecuencias, no solo va a afectar a extensiones enormes de entorno protegido, sino que las consecuencias pueden ser graves e irreversibles tanto a nivel de protección del medio ambiente como de la salud de las personas, cuestión lo suficientemente importante como para tirar el proyecto para atrás, por su efecto en cadena hacia el entorno.
Para comenzar, la empresa encargada de explotar está obrando desde sus comienzos de forma totalmente chapucera, vendiendo el oro y el moro, haciendo algunas pruebas en terrenos sin permisos, no siendo nada transparente en su actividad.
Según previsiones solo se crearan 99 puestos de trabajo, se desconoce el destino de la riqueza de ese material extraído, ya que no se va a revertir en la zona, ni en la región y, se puede aventurar, que ni tan siquiera en nuestro país, los beneficios serán para las multinacionales, empresa, o inversores que estén detrás del proyecto.
Está previsto el uso de entre 300.000 y 500.000 m3 de agua, según los datos de la propia empresa para comenzar y tirando por la baja, en un principio pretendían obtenerla del embalse de la Cabezuela, agua que abastece a 12 municipios para consumo humano. Ahora pretenden explotar acuíferos para la obtención de esa enorme cantidad de agua, agua que debería ser un sostén para la agricultura y uso doméstico, sin hablar del riesgo de que pueda producirse una muy probable contaminación, ya que no queda nada claro ni garantizada la forma en que todo el volumen residual vaya a ser tratado y ya sabemos por experiencia desgraciadamente donde suele ir a parar.
Se ha pretendido hacer creer incluso a los propios agricultores de los terrenos por donde transcurriría esa explotación, que dicha tierra será extraída y repuesta sin que nada resulte alterado, como sería el caso del cultivo de olivos, siendo éste un argumento que siempre se expone en este tipo de proyectos, pero que raramente se cumple.
La extracción de ese material produce radiactividad, que irá a parar directa o indirectamente a todo el entorno, al agua, al aire. Y que con vientos, corrientes, cauces de agua, fácilmente van a alcanzar las poblaciones cercanas e incluso mucho más allá, no hace falta explicar que es lo que trae consigo esa radiactividad presente a nuestro alrededor.
También son graves las consecuencias o el impacto al medio ambiente, zona protegida de águila imperial, tablas, humedales, cañadas reales como es en nuestro caso más cercano y que nunca en la vida e historia volverían a ser las mismas.
Una de las partes más importantes, pues en la agricultura se nos conoce mundialmente por algo llamado productos de denominación de origen, como va a afectar a todo ese sector el que la zona se convierta a la minería.
A pesar de todo esto sorprende que hace un año el gobierno de Castilla-La Mancha publicase en el Diario Oficial que el plan de investigación solicitado por la empresa para la explotación en la zona del Campo de Montiel no requerirá la Declaración de Impacto Ambiental. Sorprenden las enormes facilidades que los gobiernos, regional o nacional, está dando a estos proyectos, cuando su verdadera obligación es defender los derechos de lo que realmente somos, de lo que nos da prestigio, es forma de vida, de nuestra base económica y productiva. Por suerte, ha habido Ayuntamiento que sí se han hecho oír, representando los verdaderos intereses de nuestra zona y sus gentes, pero no son suficientes.
Estos proyectos representan una hipoteca para nuestra tierra, y cuyas consecuencias será imposible reparar o remediar. Pan para hoy y hambre para mañana, cuando toda esa tierra sea estéril ya no será posible su uso agrícola, lo cual realmente representa la riqueza de nuestra zona en su mayor proporción y por lo que somos mundialmente famosos sin exagerar, aceites, todo tipo cultivos, ganadería, quesos, etc.
Todas esas empresas del sector, con prestigio y voz, como por ejemplo es la del vino, deberían comenzar a defender sus intereses y valorar la situación que se van a tener en un futuro, ser conscientes de que les va a afectar, al igual que el conjunto de la población, debemos comenzar a actuar,  y no quedarnos de brazos cruzados.
Por desconocimiento o falta de información da la impresión de que muchas instituciones, empresas y gran parte de la población aún no han caído en la cuenta de lo que está realmente en juego.
Acaso alguien de nosotros u otra parte del mundo compraría productos, por poner un ejemplo, cultivados o producidos al lado de Fukushima, zona contaminada debido a un accidente nuclear.
Hace unos días se ha podido leer que la empresa se retira momentáneamente de la realización del proyecto de la zona de Siles, el más cercano a nuestro entorno, lo que no quiere decir que de llevarse a cabo en otras zonas y si resulta rentable, no se vaya a retomar cuando se dé el momento e instante precisos, para satisfacer esos mismos intereses.

Nos jugamos mucho, debemos hacer un esfuerzo para detener y paralizar este tipo de proyectos o cualquier otro similar en nuestra zona o comarca, nuestro futuro no puede estar en la minería, de ser así habría que sustituir la Feria Nacional del Campo, FERCAM, por una feria minera nacional o internacional.


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