viernes, 18 de diciembre de 2015

Continúan aumentando los afectados por legionela

Ante la alarma que se está creando en Manzanares con el brote de legionella queremos desde aquí tranquilizar y pedir calma. En estos momentos los afectados son más de 20, hay personas de todo tipo, jóvenes, mayores de avanza edad, trabajadores del Polígono, una trabajadora del Hospital, un vecino de Membrilla, etc. A los vecinos que se les detecta, si no tienen otra enfermedad asociada, le ponen el tratamiento y les mandan a casa.
La legionella es una afectación pulmonar causada por bacterias. El hábitat natural de esta bacteria son las aguas estancadas a temperaturas cálidas de entre 25, 30 o 40 grados y en instalaciones bastante sucias.
La forma de contagio es por inhalación, no de persona a persona. En los sistemas de aire acondicionado o de refrigeración surgen unas pequeñas gotitas, unos aerosoles que cuando la persona lo inhala van directamente al pulmón y generan la infección.
Esta bacteria aparece de forma frecuente en la naturaleza y se puede ingerir y beber agua con esta bacteria que no se produce infección porque solo se contagia a través de estos pequeños aerosoles a los pulmones.
En la mayoría de los casos, los síntomas son similares a los de una neumonía: fiebre alta, tos, dificultad respiratoria, incluso gastroenteritis…  Se complica en los casos en los que los pacientes tienen  el sistema inmunológico disminuido  o tienen otra patología asociada, principalmente, al sistema respiratorio. También tienen más riesgo aquellos que han sufrido una cirugía importante, también ancianos, personas que sufren asma u otra patología respiratoria… Para este grupo de personas,  si no se coge a tiempo puede ser mortal,.
El tratamiento para aquellas personas infectadas con legionella es con antibióticos . Es muy similar al tratamiento dado para pacientes que sufren neumonía.
Cualquiera que lo inhale se puede contagiar. Los síntomas derivan desde un leve malestar a problemas más graves, las personas con afecciones respiratorias, asma, edad avanzada, que fumen… tienen un riesgo más alto de sufrir un pronóstico más grave que otras personas que no fumen, que sean jóvenes o que tengan un sistema inmunológico fuerte.
La prevención a nivel personal no es posible porque el contagio se produce por inhalación y lo único que se puede hacer es prevenir. Prevenir los focos de infección. Las fuentes de contagio se encuentran en sistemas de refrigeración y humidificadores de grandes edificios que exigen grandes sistemas. Lo único que se puede hacer es mantener las instalaciones en las condiciones de higiene necesaria para evitar el crecimiento bacteriano.
De hecho, en los sistemas de refrigeración de los hospitales existen indicadores para eliminar la proliferación de este tipo de bacterias.
En la naturaleza no se previene pero también es mucho más complicado porque no se generan los aerosoles; por lo tanto,  no se inhala y se puede tocar el agua, bañarse, jugar con ella pero no llega al pulmón.
El primer brote se dio en EEUU durante una convención de militares y lo llamaban la ‘enfermedad del legionario’ y de ahí lo de legionella. En España, los pocos brotes que han surgido son por contaminaciones en sistemas de refrigeración, oficinas o depuradoras de agua.
Los hombres son más propensos que las mujeres a contraer esta enfermedad  y no se sabe muy bien por qué. La estadística era porque los hombres fumaban más que las mujeres. En la actualidad, a pesar de que la estadística puede haber cambiado, siguen siendo más propensos al contagio los hombres que las mujeres
Es muy complicado que haya un contagio de persona a persona, por lo que no debe cundir la alarma social.
Otro dato curioso es que quien se ha contagiado por legionella y la ha pasado bien es raro que vuelva a contagiarse y se cree que es porque se contrae cierta inmunidad a la enfermedad.



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