viernes, 18 de marzo de 2016

Detenidas 23 pesonas por el hurto de 300 toneladas de aceitunas, el grupo tenía su base de operaciones en Manzanares

La Guardia Civil de las provincias castellano manchegas de Toledo y Ciudad Real ha detenido a 23 personas, en las operaciones Maloliva y Rebusco, por su relación con un elevado número de hurtos de aceitunas cometidos en olivares de Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Jaén, Córdoba y Málaga, donde sustrajeron más de trescientas toneladas de este fruto que iban a ser vendidas sido vendidas en almazaras de Ciudad Real y Badajoz.

Cinco personas relacionadas con estas almazaras también han sido arrestadas por la Guardia Civil, que ha recuperado dieciocho toneladas de aceitunas y se ha incautado de varios vehículos y efectos empleados para recolectar el fruto sobre el terreno. Todos los detenidos están en libertad con cargos, según confirmaron el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio y el máximo responsable de la Guardia Civil en la región, Alfredo González Ruiz
La operación Maloliva se inició en diciembre por la Guardia Civil de Manzanares. Su equipo Roca investigó varios hurtos de aceitunas que se habían producido en esa comarca durante ese mismo mes. Se diseñó un operativo conjunto entre equipos uniformados y otros que actuaban en vehículos camuflados para vigilar el campo y tratar de detener a sus autores. Así, se logró detectar la presencia nocturna de un vehículo monovolumen oscuro que no pudo ser inicialmente identificado. Unas horas después, fue denunciado un hurto de aceitunas en una zona muy próxima al lugar donde se había sido visto aquel automóvil.

Nueva línea de investigación

Días después y en plena noche, efectivos de la Guardia Civil pararon un vehículo ocupado por tres personas en el que transportaban tres cerdos ibéricos, recientemente sacrificados, en el maletero. El titular de la explotación fue avisado del hecho por la Guardia Civil y denunció un delito de hurto. Los individuos tenían antecedentes por delitos cometidos en explotaciones agrícolas.
La Guardia Civil de Manzanares estableció una relación entre estas tres personas y los hurtos de aceitunas que venían produciéndose en la zona, ya que estos sujetos también utilizaban un monovolumen de las mismas características que el avistado unas noches atrás.
A raíz de estas investigaciones, ambos vehículos fueron controlados y ubicados en días sucesivos en zonas próximas a explotaciones agrícolas de las provincias de Ciudad Real, Córdoba, Jaén y Málaga, en alguna de las cuales fueron sorprendidos cuando hurtaban aceitunas.

La información obtenida por la Guardia Civil permitió establecer que las tres personas identificadas anteriormente, junto con otras tres, conformaban un grupo criminal que tenía su base de operaciones en Manzanares. Actuaba en varias provincias, vendiendo después la aceituna sustraída en una almazara de la localidad ciudadrealeña de Malagón. También permitió averiguar que, en ocasiones aisladas, los integrantes de este grupo criminal cometían los hurtos junto con otras personas, que también disponían de otro monovolumen. Por ello, estos últimos sospechosos fueron sometidos también a seguimiento.
Esta nueva línea de investigación, simultánea a la anterior, determinó que existía otro grupo criminal, más numeroso que el primero, que tenía su residencia en la localidad ciudadrealeña de Llanos del Caudillo. Desde allí sus integrantes partían en varios de los cuatro vehículos que utilizaban para cometer hurtos similares en las mismas zonas de actuación que el otro grupo.
Durante esa fase de investigación fueron detenidos varios miembros de ambos grupos delictivos, a los que se les incautaron 5.500 kilos de aceitunas en varias actuaciones, alguna de ellas realizada cuando iban a entregar las aceitunas sustraídas en la misma almazara.
El modus operandi de ambos grupos era idéntico y consistía en trasladarse desde cada una de sus localidades de origen hasta la zona en la que pensaban cometer los hurtos. Aprovechando las horas diurnas, seleccionaban la finca en la que, ya caída la noche, iniciaban la recogida del fruto, que introducían en sacos. Luego llevaban la mercancía hasta una almazara.
Como consecuencia de estas investigaciones y en una primera fase de explotación de la operación Maloliva, fueron detenidas catorce personas, de nacionalidad rumana, a las que se imputaron numerosos delitos de hurto y uno de pertenencia a grupo criminal. Varios de los detenidos cuentan con antecedentes por otros hechos delictivos.
La Guardia Civil también ha intervenido cinco vehículos empleados para cometer los hechos delictivos, así como útiles para recoger aceituna, tales como mantas, varas, cepillos y espuertas.
En la segunda fase de explotación de la operación Maloliva, efectivos del equipo ROCA, del SEPRONA y de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil de Manzanares realizaron una inspección a la almazara de Malagón en la que los detenidos vendían las aceitunas sustraídas. Esto permitió poner de manifiesto un importante desfase entre las anotaciones de entradas de aceitunas y el número de litros de aceite obtenido. De este desfase, casi 150.000 kilos, valorados inicialmente en unos 100.000 euros, habrían sido entregados por los miembros de ambos grupos criminales.
Como consecuencia de todo ello, fueron detenidos J. C. M., titular de la almazara, y sus hijos, J. C. A y J. C. C. A, todos ellos como receptadores de aceitunas procedentes de los 45 hechos delictivos esclarecidos.
La Guardia Civil ha esclarecido 45 hechos delictivos en esta investigación, treinta y cuatro de los cuales se cometieron en la provincia de Jaén, seis en la de Ciudad Real, cinco en la de Málaga y uno en la provincia de Córdoba.
Las localidades afectadas fueron las ciudadrealeñas de Llanos del Caudillo, Manzanares, Malagón, Fuente el Fresno, Aldea del Rey y Almodóvar del Campo; las jiennenses de Bailén, Andújar, Guarromán, Mengíbar, Carboneros, Linares, Alcalá la Real, Jabalquinto, Mancha Real, Marmolejo, Pegalajar, Villacarrillo y Villanueva de la Reina; las malagueñas de Villanueva del Trabuco, Archidona y Cuevas Bajas y la cordobesa de Montoro.

Operación Rebusco

Mientras las investigaciones de la Guardia Civil de Ciudad Real iban avanzando hasta conseguir el desmantelamiento de dos grupos criminales, la Guardia Civil de Toledo iniciaba la denominada operación «Rebusco», que daba sus primeros pasos a principios de este año.
Al igual que ocurría en Ciudad Real, el equipo ROCA de Torrijos, apoyado en parte de las investigaciones por el la Policía Judicial de la Guardia Civil de Talavera de la Reina, iniciaba sus investigaciones al detectar algunos hurtos de aceitunas y la presencia de varias furgonetas en zonas próximas a explotaciones agrícolas de estas dos comarcas de la provincia de Toledo.
La Guardia Civil estableció diversos operativos, en los que interceptó varias furgonetas cargadas con aceitunas, cuyos ocupantes la habían hurtado de distintas fincas. En estas actuaciones se incautaron unos 12.000 kilos de aceitunas.
El procedimiento empleado por los delincuentes para cometer los hurtos variaba respecto a los cometidos en la provincia de Ciudad Real. En Toledo, se perpetraban a primera hora de la mañana, en lugar de hacerlo durante la noche. Posteriormente, trasladaban el fruto hasta un asentamiento ilegal, integrado por un número aproximado de doscientas personas, que pertenecían a varias familias e incluían entre sus miembros a niños de corta edad. Algunos de estos niños viajaban con los autores de los hurtos, cuando cometían estos, para simular una actividad no delictiva.
Para recolectar la aceituna vareaban los árboles, en muchos de los cuales producían graves daños, lo que aumentaba las pérdidas de los agricultores. Después, ponían las aceitunas sustraídas a disposición del patriarca, quien negociaba el precio con los intermediarios y repartía el dinero obtenido entre las diferentes familias del asentamiento ilegal. El delegado del Gobierno y el máximo responsable de la Guardia Civil en la región declinaron desvelar el nombre del poblado chabolista.
A finales de enero, la Guardia Civil detectó la presencia de un camión de gran tonelaje en el asentamiento, cuyo conductor cargó gran cantidad de sacos de aceitunas, durante la noche y con las luces apagadas, mientras que varios de los integrantes de estas familias cortaban todos los caminos de acceso al lugar. Para conseguirlo, interponían sus furgonetas para dificultar una hipotética actuación policial y se comunicaban a través de teléfonos móviles.
El camión inició su viaje tras realizar la carga de los sacos de aceitunas, dirigiéndose hasta una almazara de Fuenlabrada de los Montes (Badajoz), donde la Guardia Civil lo interceptó y comprobó que transportaba 24.000 kilos de aceitunas. En ese momento fueron intervenidos los 12.000 euros correspondientes al importe de la entrega realizada.
Se inspeccionó esa almazara, en la que fueron detectados albaranes de venta de este fruto en los que una mujer realizó varias ventas sucesivas que suponían un total de 164.000 kilos de aceitunas. En los documentos de entrega constaba que las aceitunas provenían de una explotación sita en la localidad toledana de Pepino, sin que en esta explotación exista un solo olivo. Además, en los albaranes constaba que la aceituna era de rebusco, es decir, caída en el suelo, cuando su rendimiento era notablemente superior a este tipo de aceituna y era pagada por la almazara como proveniente de árbol.
La mujer cuyos datos constaban en los albaranes está relacionada con una de las personas con las que el patriarca del asentamiento ilegal negociaba la venta de las aceitunas sustraídas. A la mujer le fue incautado un documento en el que anotaba las entregas realizadas por los integrantes de las distintas familias, todas ellas de nacionalidad portuguesa.
Las investigaciones posteriores permitieron a la Guardia Civil averiguar que esa mujer estaba intentando beneficiarse también de un montante superior a 10.000 euros en bonificaciones fiscales. Para ello aseguraba que la aceituna había sido recogida en el suelo, dado que este tipo de aceituna goza de una subvención específica.
Por otro lado, la Guardia Civil localizó una nave en Cazalegas (Toledo) que había sido alquilada por el titular de una almazara de la localidad pacense de Solana de Barros, con antecedentes por receptación de aceituna y sin ninguna vinculación con la almazara anterior, en la que los autores de los hurtos de aceitunas también vendían el producto de sus delitos.
La situación concreta de esta nave pudo obtenerse gracias a las vigilancias que realizaron los investigadores sobre algunas furgonetas sospechosas de ser utilizadas para el transporte de aceitunas sustraídas. En su interior fueron descubiertos restos de aceitunas.
Como consecuencia de todo ello, la Guardia Civil detuvo a seis personas, todas portuguesas, y ha esclarecido 21 delitos de hurto cometidos en las localidades toledanas de La Mata, Carmena, Mesegar de Tajo, Consuegra, Villatobas, Alcaudete de la Jara, Talavera de la Reina, Malpica de Tajo, Pepino y de las cacereñas de Navalvillar de Ibor y Castañar de Ibor.

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