Ante la alarma que se está creando en Manzanares con el brote de legionella
queremos desde aquí tranquilizar y pedir calma. En estos momentos los afectados
son más de 20, hay personas de todo tipo, jóvenes, mayores de avanza edad,
trabajadores del Polígono, una trabajadora del Hospital, un vecino de
Membrilla, etc. A los vecinos que se les detecta, si no tienen otra enfermedad
asociada, le ponen el tratamiento y les mandan a casa.
La legionella es una afectación
pulmonar causada por bacterias. El
hábitat natural de esta bacteria son las aguas estancadas a
temperaturas cálidas de entre 25, 30 o 40 grados y en instalaciones bastante
sucias.
La forma de contagio es por
inhalación, no de persona a persona. En los sistemas de aire
acondicionado o de refrigeración surgen unas pequeñas gotitas, unos aerosoles
que cuando la persona lo inhala van directamente al pulmón y generan la
infección.
Esta bacteria aparece de forma frecuente en la naturaleza y se puede ingerir y beber agua con esta bacteria
que no se produce infección porque solo se contagia a través de estos pequeños
aerosoles a los pulmones.
En la mayoría de los casos, los síntomas son similares a los de una neumonía: fiebre alta, tos,
dificultad respiratoria, incluso gastroenteritis… Se complica en los
casos en los que los pacientes
tienen el sistema inmunológico disminuido o tienen otra
patología asociada, principalmente, al sistema respiratorio. También tienen más
riesgo aquellos que han sufrido una cirugía importante, también ancianos,
personas que sufren asma u otra patología respiratoria… Para este grupo de
personas, si no se coge a tiempo puede ser mortal,.
El tratamiento para
aquellas personas infectadas con legionella es con antibióticos . Es muy similar al tratamiento dado
para pacientes que sufren neumonía.
Cualquiera que lo inhale se puede contagiar. Los síntomas derivan
desde un leve malestar a problemas más graves, las personas con afecciones
respiratorias, asma, edad avanzada, que fumen… tienen un riesgo más alto de
sufrir un pronóstico más grave que otras personas que no fumen, que sean
jóvenes o que tengan un sistema inmunológico fuerte.
La prevención a nivel personal no es posible porque el contagio se produce
por inhalación y lo único que se
puede hacer es prevenir. Prevenir los focos de infección. Las fuentes de
contagio se encuentran en sistemas de refrigeración y humidificadores de
grandes edificios que exigen grandes sistemas. Lo único que se puede hacer es
mantener las instalaciones en las condiciones de higiene necesaria para evitar
el crecimiento bacteriano.
De hecho, en los sistemas de refrigeración de los hospitales existen
indicadores para eliminar la proliferación de este tipo de bacterias.
En la naturaleza no se previene pero también es mucho más complicado porque
no se generan los aerosoles; por lo tanto, no se inhala y se puede tocar
el agua, bañarse, jugar con ella pero no llega al pulmón.
El primer brote se dio en EEUU durante
una convención de militares y lo llamaban la ‘enfermedad del legionario’ y de
ahí lo de legionella. En España, los pocos brotes que han surgido son por
contaminaciones en sistemas de refrigeración, oficinas o depuradoras de agua.
Los hombres son más propensos que las mujeres a
contraer esta enfermedad y no se sabe muy bien por qué. La estadística
era porque los hombres fumaban más que las mujeres. En la actualidad, a pesar
de que la estadística puede haber cambiado, siguen siendo más propensos al
contagio los hombres que las mujeres
Es muy complicado que haya un
contagio de persona a persona, por lo que no debe cundir la alarma
social.
Otro dato curioso es que quien se ha contagiado por legionella y
la ha pasado bien es raro que
vuelva a contagiarse y se cree que es porque se contrae cierta
inmunidad a la enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario