A primeras horas de la mañana del
miércoles 22 de mayo de 1929 marchaba por la vereda, desde el Cristo de las
Agonías hacia el pueblo, un nutrido rebaño de toros y novillos mansos, animales
siempre difíciles de conducir por mayorales y rabadanes. Al pasar frente a la
Fábrica de Harinas el imprudente conductor de un automóvil asustó a la manada, de
forma que los toros en lugar de seguir por la calle del Río, trayectoria
establecida para el cruce del pueblo, enfilaron corriendo por las de Durán y
Carmen, presentándose en la Plaza cuando el mercado estaba más concurrida de
público.
La
inesperada aparición de unos trescientos toros desmandados causó gran impresión
y espanto entre la gente. En medio de una tremenda confusión clientes y
mercaderes presos del pánico corrían en todas direcciones ante el temor de ser
arrollados o corneados. El griterío del personal acentuaba el espanto de los
animales que arrasaron mercancías y tenderetes. La mayoría de los puestos con
sus géneros rodaron por el suelo y las lunas de algunos escaparates resultaron
destrozadas. En la desesperada búsqueda de un lugar donde refugiarse hubo
caídas, ataques, cortes y magulladuras. Al menos seis personas tuvieron que ser
atendidas en la cercana Casa de Socorro, aunque todos ellos tenían lesiones de
carácter leve.
Los
toros siguieron su carrera diseminándose por varias calles del pueblo e incluso
penetrando en algunas casas cuyas puertas se encontraban abiertas. Por fin,
tras varias horas de trabajo, los vaqueros pudieron reducir a las bestias y
seguir su camino. Afortunadamente no hubo que lamentar desgracias personales
graves y el incidente acabó con un buen susto y algunos daños materiales de
menor cuantía.
Fuente: Periódico Vida Manchega. Manzanares bajo el reinado
de Alfonso XIII, Antonio Bermúdez García-Moreno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario