viernes, 13 de mayo de 2016

Artículo anterior sobre el cementerio de neumáticos de Seseña

Hoy se ha producido un grave incendio cerca de Seseña, en una parcela radicada entre las Comunidades Autónomas de Madrid y de Castilla-La Mancha. No es de extrañar que en unos días los políticos utilicen este hecho para criticar a sus rivales, para tener información hemos buscado, y encontrado, un artículo anterior al incendio que puede ser clarificador.


Tres millones de euros para cerrar el mayor cementerio de neumáticos de Europa. 
El alcalde de Seseña, Carlos Velázquez, asegura que los plazos del actual convenio «no se van a cumplir»

A inicios de los años 2000, en Seseña fueron creciendo de forma paralela dos proyectos a unos 500 metros de distancia entre sí. Por un lado, la macrourbanización El Quiñón, construida por Francisco Hernando «El Pocero», y por otro el mayor vertedero de neumáticos de Europa. Una parcela que acumula 90.000 toneladas de residuos, una inmensa mancha negra de miles de metros cuadrados que desde 2002 supone una amenaza medioambiental, que podría ser de medidas desproporcionadas en el caso de un posible incendio.
El Ayuntamiento de Seseña firmó en junio de 2013 con Desechos y Gestión de Ruedas Iberia (Dgriberia), gestora autorizada de residuos que cuenta con todos los permisos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, un acuerdo mediante el cual esta empresa se comprometía a retirar los neumáticos del vertedero del municipio en un plazo de tres años, es decir, en junio de 2016.
Además, este convenio incluía otra serie de compromisos dirigidos a tomar medidas de seguridad y recuperar los caminos que en su momento existían en la parcela donde se ubica el vertedero. Sin embargo, el actual alcalde de Seseña, Carlos Velázquez (PP), asegura a ABC que, cuando él llegó al gobierno de la localidad en 2011, «ya no existían esas vías de seguridad y todo era una montaña negra de neumáticos».
«En tres años debería haber salido un tercio de los neumáticos y, de momento, solo ha salido un 10% del total, en torno a unas 11.000 toneladas», se lamenta Velázquez. La novedad de estos últimos días es que, por fin, todas las administraciones implicadas han decidido destinar partidas presupuestarias para colaborar en el vaciado del vertedero, «y más teniendo en cuenta que son las comunidades autónomas las que tienen las competencias en materia de gestión de residuos», señala el alcalde.
La cantidad que se destinaría a los trabajos ascendería a 3 millones de euros, de los cuales 500.000 euros corresponderían al Gobierno de la Comunidad de Madrid y del resto se tendría que hacer cargo la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, según informan a ABC fuentes de su consejería de Medio Ambiente.
Desde que se firmó este convenio, el alcalde de Seseña cuenta que ha mantenido innumerables reuniones tanto con la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha como con la Comunidad de Madrid, además de con el ministerio. «Lo que se ha puesto de manifiesto a lo largo de 2015 es que los plazos establecidos no se van a cumplir», subraya.

Incumplimiento de plazos

No obstante, Velázquez no achaca la responsabilidad del incumplimiento de los plazos a la empresa. El regidor seseñero explica que el proceso se ha dilatado y los trabajos no se iniciaron hasta 2014 porque, en un primer momento, cuando firmaron el convenio con Dgriberia, desconocían que en esa parcela no hubiese suministro de agua y luz; y más cuando el Gobierno de Castilla-La Mancha dio una concesión en 2002 para instalar una planta de reciclado de neumáticos a Disfilt S.A., empresa propietaria por aquel entonces.
Además, existen complicaciones legales y jurídicas para llegar a un acuerdo entre todas las administraciones implicadas, ya que el vertedero afecta a dos municipios de diferentes comunidades autónomas, como son Seseña (Toledo) y Valdemoro (Madrid). «Hay que delimitar perfectamente hasta dónde llegan los neumáticos de una comunidad y los de la otra, una labor burocrática que ralentiza también el proceso», manifiesta.
Ante esta situación, el alcalde anuncia que el convenio tiene que ser revisado y, por lo tanto, la fecha para la solución del problema se aplaza. Según Velázquez, la opción más viable en estos momentos es que la empresa pública Tragsa –nexo de unión entre todas las administraciones- dé entrada a otros gestores autorizados, como el Sistema Integrado de Gestión, para que colaboren con Dgriberia en el tratamiento y eliminación de los neumáticos «en el menor tiempo posible».
A pesar de esta circunstancia, el ayuntamiento se decidió a actuar a iniciativa propia desde 2011 para acabar con este problema de salud pública que los vecinos de Seseña vienen sufriendo desde 1999. Este es uno de los compromisos que el «popular» llevaba en su programa electoral, aunquetodos los partidos políticos de la localidad están de acuerdo en hacer todo lo posible para terminar con el vertedero.
Sin embargo, recuerda Velázquez, hasta 2011 no dejaron de entrar neumáticos en el vertedero y fue en ese año cuando se frenó «la mancha negra» -como él la llama- y cuando comenzaron a salir ruedas, «aunque no tantas como nos hubiera gustado», afirma. El objetivo ahora es llevar a cabo la trituración de los neumáticos, de donde viene el temor de ciertas organizaciones medioambientales por el peligro de provocar un incendio en este proceso.
Los pequeños trozos de caucho resultantes de la trituración de los neumáticos podrían tener diversos usos como, por ejemplo, hacer de combustible en los altos hornos o cementeras, para mezclar con asfalto e insonorizar carreteras, para aislar edificios, crear calzado de goma o usar en los parques para niños y campos de fútbol de césped artificial, e incluso a la exportación para reciclado.

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