sábado, 9 de enero de 2016

Aumento del nivel de cloro residual en la red de abastecimiento

El anuncio en la página del Ayuntamiento del aumento del nivel de cloro residual en la red de abastecimiento ha generado muchos comentarios. Aquí no sabemos el motivo concreto, pero sí podemos informar de las razones generales que motivan su realización.

En un sistema de tratamiento del agua, la desinfección es el último paso para su potabilización. Se trata de una fase imprescindible para evitar riesgos de enfermedad, por lo que no debe tratarse como un elemento más, sino como un componente vital del sistema. La legislación española obliga a que todas las aguas distribuidas por red o cisterna deben ser desinfectadas.

Las características principales de la desinfección son las siguientes:

Objetivo de la desinfección: garantizar la calidad del agua desde el punto de vista microbiológico y asegurar su inocuidad para la salud del consumidor.

Como actúa: eliminando los microorganismos patógenos del agua capaces de producir enfermedades.

Mecanismo: la acción desinfectante en el agua se puede realizar de dos modos:
- Remoción de los microorganismos. Los microorganismos son separados del agua mediante métodos físicos como coagulación, floculación o filtración.
- Inactivación de los microorganismos. Los mecanismos que provocan la inactivación de los patógenos son los siguientes:
-  Destrucción de la pared celular de los microorganismos, o cambios en la permeabilidad de la célula, permitiendo la penetración de la pared celular.
- Reacción con las enzimas de los microorganismos, que causa inhibición del metabolismo de la glucosa y provoca la muerte del organismo.
- Oxidación y destrucción de la materia orgánica del agua, eliminando la fuente de alimentación de los microorganismos.

Fases:
- Desinfección primaria: Elimina los patógenos y la materia orgánica del agua presentes en la planta de tratamiento.

- Desinfección secundaria: Evita que aparezcan patógenos durante la distribución del agua, desde que sale de la planta de tratamiento hasta que llega al consumidor. Esto se consigue asegurando la presencia de desinfectante residual tras la desinfección, y durante todo el sistema de distribución hasta el grifo del consumidor.

A la salida de la ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable) o del depósito con sistema de cloración, el  agua debe contener un mínimo de 0,5 mg/l de cloro libre residual, manteniéndose un valor mínimo de 0,2 mg/l en todos los puntos de la red de distribución permanentemente. Cuando no exista desinfectante residual en las redes de distribución se considerará una incidencia en el cumplimiento de la normativa.

CONSIDERACIONES IMPORTANTES

La desinfección no destruye todos los microorganismos presentes, por lo que no hay que confundirlo con la esterilización:

- Desinfección - Es la inactivación de microorganismos patógenos, con el objeto de conseguir agua de calidad apta para el consumo humano.

- Esterilización - Es la destrucción de todos los microorganismos presentes.  Conlleva la necesidad de aplicar una dosis mucho mayor de desinfectante, lo que aumenta el  coste y la generación de subproductos indeseados y sabores desagradables.

Hay que tener en cuenta que no existe el desinfectante o la técnica perfecta, lo más  adecuado es elegir la técnica disponible que mejor se adapte a las condiciones de la zona: población, recursos, limitaciones, etc.

La desinfección no debe sustituir a otras medidas que mejoren la calidad previa del agua. Para que la desinfección sea efectiva, el agua debe tener una calidad mínima, libre de partículas coloidales causantes de turbiedad y color, que pueden obstaculizar la acción desinfectante.

Es muy importante realizar una adecuada mezcla y dispersión del desinfectante en toda la masa de agua para que el tratamiento sea homogéneo y no pierda eficacia.

La mayoría de desinfectantes producen subproductos de la desinfección, y algunos de ellos son cancerígenos. Existe, por lo tanto, un riesgo potencial asociado a la desinfección, pero es un riesgo muy bajo comparado con el peligro derivado del consumo de agua sin desinfectar:

- El riesgo de mortalidad por enfermedad diarreica (causada por el agua sin desinfectar) es 1000 veces mayor que el riesgo asociado a ingesta de agua clorada.
- El riesgo de enfermar por diarrea es 1.000.000 de veces mayor que el riesgo por enfermar de cáncer asociado al agua clorada.

El equipo de desinfección está ligado, como ninguna otra parte del sistema, al operador y a los mismos usuarios. Los desinfectantes, especialmente el cloro, producen sabores y olores que pueden ser desagradables para los consumidores, y generar el rechazo de la comunidad. Por ello se debe realizar una acción de concienciación a todo el espectro social acerca de la necesidad de desinfectar, de sus bondades y de los riesgos de una desinfección inadecuada.

El personal que lleve a cabo actividades relacionadas con la desinfección (mantenimiento, toma de muestras...) debe tener la formación adecuada.



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