Este viernes se celebró una
Charla informativa sobre el proyecto minero “Tierras Raras” impartida por la
plataforma Si a la Tierra Viva. Charla con un contenido convincente, muy
esclarecedor y preocupante a la vez.
Se trata de un proyecto
minero dividido en 8 mini proyectos, para que así no sea tratado como un gran
conjunto y pueda superar más fácilmente de forma favorable los informes de
impacto medio-ambiental.
El tema apenas se ha dado a
conocer, por supuesto no se ha tenido en cuenta la opinión ciudadana a pesar de
sus consecuencias, no solo va a afectar a extensiones enormes de entorno
protegido, sino que las consecuencias pueden ser graves e irreversibles tanto a
nivel de protección del medio ambiente como de la salud de las personas,
cuestión lo suficientemente importante como para tirar el proyecto para atrás,
por su efecto en cadena hacia el entorno.
Para comenzar, la empresa
encargada de explotar está obrando desde sus comienzos de forma totalmente
chapucera, vendiendo el oro y el moro, haciendo algunas pruebas en terrenos sin
permisos, no siendo nada transparente en su actividad.
Según previsiones solo se
crearan 99 puestos de trabajo, se desconoce el destino de la riqueza de ese
material extraído, ya que no se va a revertir en la zona, ni en la región y, se
puede aventurar, que ni tan siquiera en nuestro país, los beneficios serán para
las multinacionales, empresa, o inversores que estén detrás del proyecto.
Está previsto el uso de
entre 300.000 y 500.000 m3 de agua, según los datos de la propia empresa para
comenzar y tirando por la baja, en un principio pretendían obtenerla del
embalse de la Cabezuela, agua que abastece a 12 municipios para consumo humano.
Ahora pretenden explotar acuíferos para la obtención de esa enorme cantidad de
agua, agua que debería ser un sostén para la agricultura y uso doméstico, sin
hablar del riesgo de que pueda producirse una muy probable contaminación, ya
que no queda nada claro ni garantizada la forma en que todo el volumen residual
vaya a ser tratado y ya sabemos por experiencia desgraciadamente donde suele ir
a parar.
Se ha pretendido hacer
creer incluso a los propios agricultores de los terrenos por donde
transcurriría esa explotación, que dicha tierra será extraída y repuesta sin
que nada resulte alterado, como sería el caso del cultivo de olivos, siendo
éste un argumento que siempre se expone en este tipo de proyectos, pero que
raramente se cumple.
La extracción de ese
material produce radiactividad, que irá a parar directa o indirectamente a todo
el entorno, al agua, al aire. Y que con vientos, corrientes, cauces de agua,
fácilmente van a alcanzar las poblaciones cercanas e incluso mucho más allá, no
hace falta explicar que es lo que trae consigo esa radiactividad presente a nuestro
alrededor.
También son graves las
consecuencias o el impacto al medio ambiente, zona protegida de águila
imperial, tablas, humedales, cañadas reales como es en nuestro caso más cercano
y que nunca en la vida e historia volverían a ser las mismas.
Una de las partes más importantes,
pues en la agricultura se nos conoce mundialmente por algo llamado productos de
denominación de origen, como va a afectar a todo ese sector el que la zona se
convierta a la minería.
A pesar de todo esto
sorprende que hace un año el gobierno de Castilla-La Mancha publicase en el
Diario Oficial que el plan de investigación solicitado por la empresa para la
explotación en la zona del Campo de Montiel no requerirá la Declaración de
Impacto Ambiental. Sorprenden las enormes facilidades que los gobiernos,
regional o nacional, está dando a estos proyectos, cuando su verdadera
obligación es defender los derechos de lo que realmente somos, de lo que nos da
prestigio, es forma de vida, de nuestra base económica y productiva. Por
suerte, ha habido Ayuntamiento que sí se han hecho oír, representando los
verdaderos intereses de nuestra zona y sus gentes, pero no son suficientes.
Estos proyectos representan
una hipoteca para nuestra tierra, y cuyas consecuencias será imposible reparar o remediar.
Pan para hoy y hambre para mañana, cuando toda esa tierra sea estéril ya no
será posible su uso agrícola, lo cual realmente representa la riqueza de
nuestra zona en su mayor proporción y por lo que somos mundialmente famosos sin
exagerar, aceites, todo tipo cultivos, ganadería, quesos, etc.
Todas esas empresas del
sector, con prestigio y voz, como por ejemplo es la del vino, deberían comenzar
a defender sus intereses y valorar la situación que se van a tener en un futuro,
ser conscientes de que les va a afectar, al igual que el conjunto de la
población, debemos comenzar a actuar, y
no quedarnos de brazos cruzados.
Por desconocimiento o falta
de información da la impresión de que muchas instituciones, empresas y gran
parte de la población aún no han caído en la cuenta de lo que está realmente en
juego.
Acaso alguien de nosotros u
otra parte del mundo compraría productos, por poner un ejemplo, cultivados o
producidos al lado de Fukushima, zona contaminada debido a un accidente
nuclear.
Hace unos días se ha podido
leer que la empresa se retira momentáneamente de la realización del proyecto de
la zona de Siles, el más cercano a nuestro entorno, lo que no quiere decir que
de llevarse a cabo en otras zonas y si resulta rentable, no se vaya a retomar
cuando se dé el momento e instante precisos, para satisfacer esos mismos
intereses.
Nos jugamos mucho, debemos
hacer un esfuerzo para detener y paralizar este tipo de proyectos o cualquier
otro similar en nuestra zona o comarca, nuestro futuro no puede estar en la
minería, de ser así habría que sustituir la Feria Nacional del Campo, FERCAM,
por una feria minera nacional o internacional.
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